22 mar 2012

En la cortada más maleva... Doña Clara

quemada.
(Del part. de quemar).
1. f. Parte de monte quemado.
2. f. Cuba y Méx. quemadura (‖ señal que hace el fuego).
3. f. Méx. Desprestigio público.


Cuando tenía ocho, nueve o diez años mi mamá nos dejó (o nos propuso) que hiciéramos nuestra propia torta de cumpleaños.
Una cada una.
Una para cada una. 
mitocondria. tenía buen sentido de la cocina y su autoconfianza la ayudaba en esos pequeños desafíos iniciáticos que superaba, en general (o según mi recuerdo), sin problema. 
Era octubre, y la tarde anterior a la fiesta hice mi torta de chocolate en una essen enorme de esas marrón clarito y sin entender cómo, la quemé.
Para parar mis lágrimas y no dejarme sin torta mi mamá le rebanó lo quemado (lo que la dejó  espantosamente chata y de todos modos quemada), la untó con mucho dulce de leche y la decoró con unos merenguitos arriba y creo que una máscara de payaso. Y soplamos las velitas juntas en la otra torta, la de mitocondria., que era un verdadero pastel* de cumpleaños. 

Pasaron muchos años para que volviera a intentar algo con alguna pretensión en la cocina y mucho más para que me interesara separar la cuchara de madera dulce de la salada, tener un mortero o abrir la alacena buscando clavo de olor o eneldo, y encontrarlo.

Pero eso pasó hace ya un tiempo y un día, como si llegara por fin al Milliarium Aureum de quienes cocinan con honesto interés, pese a algunos fracasos y lejos de las poses snob de la cocina gourmet, dí con Doña Clara.


La foto de Gardel, el intercomunicador vintage y
la atención de sus dueños... detalles entrañables!


Sencillo local del barrio Once, puede pasar desapercibido para quien esta buscando camisetas de algodón, tela para tapizar un sillón, o electrónica, pero no para quienes quieren un cuchillo así, una mandolina aceptable o un rodillo de enrejado para cubrir la pastafrola o la tarta de manzanas. 
Tienen especies, todo lo que puedan imaginar de repostería (adornos, moldes, utensillos, colorantes, chocolates y muchos etcéteras) y una buena sección de bazar muy lejos del último grito de la moda. 
La atención es buena pero hay que saber que queremos antes de que sea cantado nuestro número. Y preguntar los precios... porque lo que parece una sencilla espátula puede costar una friolera. 


Queda en la Avenida Corrientes 2561, y tiene página web y facebook.  


pajara.

-------------------
* Hace unas semanas vinieron a casa Eleonora y Nico (madre e hijo respectivamente) y ante la expresión de Eleonora que lanzó frente al horno un sorprendido "Mirá Nico, mirá lo que está cocinando pájara"  Nico devolvió con un rápido golpe de revés y dijo "Un pastel".  Las cosas que hace el Nickelodeon, pensé, y disfruté un poco imaginando una charla entre gurises botijas y changuitos en castellano neutro.

19 mar 2012

Deshoras

encantar.

(Del lat. incantāre).

1. tr. Someter a poderes mágicos.

2. tr. Atraer a alguien por dones naturales, como la hermosura, la gracia, la simpatía o el talento.

3intr. Gustar en gran medida, agradar mucho. 




volví a fumar
por los besos
por los labios
por el cursi corazón
de un Rufián Melancólico

Jugando con la impunidad de los códigos compartidos
hice réplicas del bigote de Dalí en la cercanías de su boca
y cuando volvió a su rutina forzosa de sal
sincronicé conjuros de olvido y de memoria

En casa quedaron rastros imperceptibles para el mundo
un insistente paquete de galletitas que no
los botones naranjas de una desventura necesaria
y un encendedor violeta


La distancia de la distancia aún no arrasaba
y seguí fumando por las noches
como permanencia y como resistencia
contra las horas de la deshora

Hoy una tos infranqueable pide tregua
y me despoja de las pertenencias del humo
odiándome en la compulsividad y volviendo a mis afables hábitos
pasé a sentir una doble pérdida en el asunto

Su ausencia empobrece y corroe lo cotidiano
me duermo soñando que le escribo de amor
diciendo que yo tampoco se manejarme bien en este pantano
entre el todo o la nada

entre el vámono a vivir a Alaska y el no me llames más








mitocondria.

11 mar 2012

El lunes empiezo!


reconsiderar.
(Del lat. considerāre).


1. tr. Volver a pensar, meditar, reflexionar algo con atención y cuidado.
2. tr. Juzgar o estimar nuevamente . U. t. c. prnl.






Me vuelvo a topar con las anotaciones de mi cuaderno rojo... las listas interminables que ordenan y calman mi ansiedad de inicio de año y que dejan registro de propuestas/compromisos/promesas/antojos que van atravesando mis pasiones y obligaciones. Quehaceres de política, de mis dos trabajos, de varias deudas estudiantiles, musicales, literarias... y si, -lo admito- también algunas tareas deportivas.
Otro día hablaré del pequeño trauma que me produce comenzar otro año, pero hoy el post es sólo para hablar de un tema que me resulta entre irritante y novedoso: el maldito/bendito deporte.

Para que se den una idea de a qué fauna deportiva pertenezo, les confieso: en 4to y 5to año de la secundaria, rendí libre educación física para no ir a esas clases. Digamos que ir a hacer voley a un gimnasio helado en el largo y crudo frio invernal del sur no era muy estimulante, pero además me resultaba una pérdida de tiempo. Siempre afín a lo intelectual construí la idea de que el deporte era una actividad superflua... auch!
Entonces, había formulado el éxito de mi plan: consistía en promediar el resultado de tragar de memoria reglamentos deportivos y el matarme para pasar algunos ejercicios esperables para mi edad: conseguía un 10 en el escrito y alcanzaba un 4 en el físico = 7 (aplausos por favor)
Me presento: aquí, una histórica renegada del deporte (que fumaba más de un paquete de cigarrillos diario) y miraba con sorna y asombro a los que salían a transpirar por las plazas.
Nuevamente me presento: aquí, una conversa (que por distintas razones volcó parte de su tiempo a tareas deportivas) y se mira con sorna y asombro cuando sale a transpirar por las plazas.
Y bueh, reconozco que encontré el encanto de salir a correr y ando haciéndole buena fama al tema cada vez que puedo. Bienvenidos aquellos dispuestos a sufrir un poco y cultivar su paciencia para comenzar a correr.
En este post traigo una recomendación que me hizo mi hermano, un corredor más serio que yo y me prendo sin pudor a hacerle publicidad gratuita a la superpichi página para corredores del Imperio Nike.  Sus diseñadores entienden y atienden al hecho de que el correr es una labor gradual y dinámica, nada de salir un día y no repetirlo hasta el otro mes...
Les puede interesar si quieren entrenar o si quieren iniciarse en el asunto: hay que hacerse usuario, ir al Coach y proponerse un entrenamiento (si, si, con supervisión de gente idónea, por supuesto) para, por ejemplo, comenzar a trotar, entrenar para cierta distancia o para complementar algún deporte que se esté haciendo en paralelo.
A mi me parece que los ritmos sugeridos son bastante atinados, además, te indica qué días salir a entrenar y cuánto ejercicio hacer... útil para gente con limitada iniciativa para el deporte. Hasta te da ánimo para no abandonar!




Vamos, estas cosas virtuales no hacen magia: hay que salir a correr igual... pero entretiene! Y si a mi experiencia me remito, su plan me ayudó a alcanzar los 8km sin morir... Sin embargo, declaro que le tuve poca paciencia. Como soy incansablemente curiosa la probé un tiempo, pero luego me aburrí un poco y un percance deportivo (donde estuvimos involucrados yo, mi bici y el asfalto) me tuvo algo alejada de la actividad. Quizás vuelva a usar al entrenador virtual cuando necesite algo de impulso para retomar el asunto. Pese a estos detalles, la recomendación va igual!

Ah! casi me olvido: esto sin música es un embole... Así que me la paso armando y desarmando un repertorio según mi ánimo, donde Miranda! y Babasónicos están casi fijos ... Aquellos que han hecho aportes piden su publicación de una vez por todas. Acá les presto el compilado correril que me inspira: mezcladita, desordenada y con mucho punchi-punchi, aunque sin más criterio que el gusto por su acompasada cadencia.

mitocondria.



8 mar 2012

En esa hoja


marcador, ra.


1. adj. Que marca. U. t. c. s.

2. m. Hombre que contrasta monedas, metales, pesos y medidas.

3. m. Tablero colocado en un lugar visible de los recintos deportivos, en el cual se anotan los tantos, puntos o lugares que van obteniendo los equipos o participantes que compiten.

4. m. Átomo o sustancia detectables con facilidad que permiten identificar procesos físicos, químicos o biológicos.


Para quienes leemos muchas veces en la cola de la obra social, en el segundo antes de dormirnos o esperando la llegada de un otro, el marcador es un objeto imprescindible. Lo es también para quienes vuelven al libro después de un torbellino que los dejó a 9 o 73 días de la lectura anterior, o para las y los que no se acuerdan nunca a donde y por donde iban.

En esto, como en tantos órdenes de la vida, hay quien se las arregla en la precariedad, quienes (oh, horror) actúan como si nada y barbarizan nomás una hoja del libro -y luego la siguiente, y la siguiente- y quien siente que la lectura puede estar cuidada y acompañada de objetos y ritos propiciatorios. 

En ese grupo, sin duda, nos encontramos mitocondria. y yo. Por amor a los objetos que combinan practicidad, diseño inteligente (pero no del divino) y belleza. Por amor a la lectura y también porque la vida nos obliga a dejar alguna marca sobre donde estábamos antes de que pasara lo que pasó. 

Los nuestros para los libros en papel van aquí (ya vendrá algo sobre los e-books, que ambas también usamos!). Y van muchos más, para quien quiera inspirarse y hacer/hacerse uno... que acompañe al libro mientras dure nuestro abandono.

Los nuestros

Una foto, un retazo de esas telas que queremos y que quedaron por ahí
pequeñas tiras de stickers y... libros, que marcan otros libros que esperan ser leídos

Los inteligentes 


Cebra o de colores, el señalador de Mark-my-Time lo tiene todo. 
Cuenta el tiempo (parcial y total) de lectura, informa la hora y tiene alarma.  

La Pluma es sencillamente hermosa. Memoria y señalador 
¿Qué más se le puede pedir...? Ah.. no... subrayadores abstenerse: no escribe.

Los que podríamos hacernos... 


Arriba: Un sujetador que indica el reglón y triángulos magnéticos  de origami 
Abajo: Unos bichos para hacer  (ya!!!) y más post-it en este caso los llamados "flags"



El que quiero en mi mesa de luz...


pájara. 


5 mar 2012

Un bis latiendo

bis.

(Del lat. bis, dos veces).

1. m. Ejecución o declamación repetida, para corresponder a los aplausos del público, de una obra musical o recitada o de un fragmento de ella.

2. adv. c. U. en los papeles de música y en impresos o manuscritos castellanos para dar a entender que algo debe repetirse o está repetido.

3. adv. num. Significa 'dos veces' y, añadido a cualquier número entero, indica que este se ha repetido por segunda vez.

4. interj. U. para pedir la repetición de un número musical.




En la compulsión de la repetición infantil -esa que nos lleva a jugar al mismo juego una y otra vez o a querer escuchar el mismo cuento, una y otra vez - de niña vi cientos de veces una película llamada La historia sin fin. Sólo mencionar el nombre de la película me arrastraba y encontraba infinitas posibilidades dentro de su maravilloso relato!

Pero el tiempo pasa inexorable -ya sabemos- y unx diversifica sus intereses. También, en la vorágine del mundo esta compulsión a la reincidencia se diluye, nos vemos impulsados a buscar siempre lo nuevolo último y hasta hay quien considera una pérdida de tiempo releer un libro, volver a una ciudad ya visitada o mirar una película ya vista. No estoy en ese club...  pese a todo(s), defiendo la repetición.

Ahora, cuando vuelvo a pensar en esto, siento que en la insistencia encuentro cada vez algo distinto, la experiencia me devuelve otra arista de mí. Algo así me pasa con Amor de Músico, una obra que por estos días vuelve a montar en escena el grupo Teatro al Manubrio con los actores Roberto López y Mario Ramírez y la dirección de Leandro Ortega. De entrada los advierto, una obra sugerida para las almas sensibles.
En una pequeña sala de ensayo en un barrio hay dos amigos -como hermanos-, dos músicos encantados por la aventura de lo cotidiano, bailando, cantando, jugando. Verán, resulta que esta obra como su nombre lo indica, habla de amor y sus actores cautivan en la construcción de su amistad  y en las melodías que palpitan. Cautiva también su contemplación y emoción ante lo femenino, sentido en la ternura de las palabras que pronuncian.  Ah, no quiero olvidar mencionarlo: transmiten alegría y una risa espontánea está en el aire.





El asunto es que esta obra invita a la repetición. Y no sólo porque uno salga comoenamorado y quiera volver a verla, o porque puedan existir sutiles cambios en las interpretaciones de los papeles,  si no, porque efectivamente es distinta cada vez. Yo encuentro esto atrevido y seductor.
Es una obra móvil, con amigos musicales que visitan la casa y le dan distintos matices en cada oportunidad. La primera vez que fui pude apreciar la armoniosa voz y presencia de Carolina Terraf y la segunda, la festiva extravagancia y el saxo de Javier Seco. Ambos fueron momentos de risas y disfrute.

Pero bueno, esto jamás intentaría ser una crítica-de-una-obra-de-teatro... sólo pretende ser una invitación  a compartir ese dulce espacio. Sepan lectores del bloc y miembros de Teatro al Manubrio: miro, admiro y recomiendo su trabajo, una y otra vez.


mitocondria.