en este caso el Chocolate Aireado
abominable.
Hoy debería hablar sobre Moyano.
Sobre el gobierno.
Sobre "el modelo" (sindical) detrás de la frase la medida de fuerza la decido yo y el que habla - habla porque lo dejo yo.
Sobre los camioneros.
Sobre el paro y sobre quienes lo apoyan y quienes no (me encuentro hoy más inclinada hacia el segundo grupo que hacia el primero, pero claro... hay ya bastante para leer y es materia de debate y de pensamiento antes que de escritura).
Hace unos días la Presidenta hizo anuncios en la Casa Rosada, entre ellos, que se volvería a producir en Argentina chocolate Milka.
Por un momento me alegré.
Pero, ay de mí, no había razones para hacerlo - lo que se producirá, si ven la foto con cuidado, es chocolate aireado, esa mentira abominable de la industria alimenticia y el capital transnacional.
Se sabe, el chocolate es cacao con azúcar.
Entre los tipos de chocolate no está descripto ninguno cuya elaboración le produzca al mismo "burbujas de vacío", ausencia de chocolate.
El chocolate aireado es, por tanto, una nueva mentira, un absurdo diría Moyano, de la publicidad.
Su reproducción ha sido exponencial en los estantes atiborrados de almacenes y quioscos. Es que "la gente" (perdonenme por la categoría cientistas sociales y agentes de marketing) compra y come chocolate aireado.
Sobre el gobierno.
Sobre "el modelo" (sindical) detrás de la frase la medida de fuerza la decido yo y el que habla - habla porque lo dejo yo.
Sobre los camioneros.
Sobre el paro y sobre quienes lo apoyan y quienes no (me encuentro hoy más inclinada hacia el segundo grupo que hacia el primero, pero claro... hay ya bastante para leer y es materia de debate y de pensamiento antes que de escritura).
Son las 23:29 y el jueves pasado ya falté a mi cita. Tenía otra cosa preparada y aunque me gustaría, no llego a redibujarme en los contornos de la Plaza de Mayo y las rutas atestadas o vaciadas de camiones para hoy. Vamos con lo hecho mientras trazamos en el aire una deuda.
Hace unos días la Presidenta hizo anuncios en la Casa Rosada, entre ellos, que se volvería a producir en Argentina chocolate Milka.
Por un momento me alegré.
Pero, ay de mí, no había razones para hacerlo - lo que se producirá, si ven la foto con cuidado, es chocolate aireado, esa mentira abominable de la industria alimenticia y el capital transnacional.
Se sabe, el chocolate es cacao con azúcar.
Entre los tipos de chocolate no está descripto ninguno cuya elaboración le produzca al mismo "burbujas de vacío", ausencia de chocolate.
El chocolate aireado es, por tanto, una nueva mentira, un absurdo diría Moyano, de la publicidad.
Su reproducción ha sido exponencial en los estantes atiborrados de almacenes y quioscos. Es que "la gente" (perdonenme por la categoría cientistas sociales y agentes de marketing) compra y come chocolate aireado.
No sé porqué.
No sé porqué.
No sé porqué, pero lo hacen y estoy segura que es una conducta escandalosa como no tomar mate, o ponerle hielo a la cerveza.
Es escandalosa, primero, porque es una opción.
Veámoslo con detenimiento: a diferencia, por caso, de la compra del temible yogur firme, no se compra eso debido a la ausencia de otra cosa, pues el chocolate macizo suele estar cercano, próximo al producto que nos ocupa (cosa que no sucede en el caso del yogur firme que compite no con alimentos de mejor calidad, sino con almidones teñidos que le son -en general- inferiores).
Tampoco se compra eso porque lo otro sea más caro (esto es terrible) pero el chocolate "en serio" y el aireado valen lo mismo.
Comprar eso es, entonces, una opción. Una opción manipulada (siempre, siempre) pero una opción.
No sé porqué.
No sé porqué, pero lo hacen y estoy segura que es una conducta escandalosa como no tomar mate, o ponerle hielo a la cerveza.
Es escandalosa, primero, porque es una opción.
Veámoslo con detenimiento: a diferencia, por caso, de la compra del temible yogur firme, no se compra eso debido a la ausencia de otra cosa, pues el chocolate macizo suele estar cercano, próximo al producto que nos ocupa (cosa que no sucede en el caso del yogur firme que compite no con alimentos de mejor calidad, sino con almidones teñidos que le son -en general- inferiores).
Tampoco se compra eso porque lo otro sea más caro (esto es terrible) pero el chocolate "en serio" y el aireado valen lo mismo.
Comprar eso es, entonces, una opción. Una opción manipulada (siempre, siempre) pero una opción.
¿Será la búsqueda de lo lígero, ese ideal impuesto por la cultura anoréxica en la que vivimos? ¿Será el miedo al decaimiento físico, o su opuesto, el temor al placer, al goce de la comida?
Puede ser.
con "globitos" - o sea, con menos chocolate |
Pero cuando veo una publicidad de chocolate aireado sólo pienso en una cosa: me están vendiendo menos chocolate, me están engañando. Clarín Miente carajo!
sin globitos, o sea, con más chocolate |
Y no me gusta, la verdad es que no lo soporto.
pajara.