subversivo, va.
PipPiip!
Sonó el teléfono
Después de salir por primera vez me mandó un mensaje que decía:
Simplemente, uau.
A tus plantas rendido un león
Un inesperado, un impensado... el desprejuicio mismo.
Un hombre capaz de subvertir(me).
Hoy es su cumpleaños y este post es para saludarlo, para decirle que lo tengo presente, que está en las cosas y en los días. Es un saludo virtual a la distancia.
Un saludo sus ojos turcos, a su porte guerrera, a su convulsionada forma de vivir.
Un saludo a la irreverencia que ejerce hacia toda institución y hacia sí mismo.
Un saludo a nuestra relación extraña, inapelable, algo interrumpida, amorosa y profundamente honesta.
Tal como dice la canción de Fernando Cabrera, Facundo es un amante del desatino (y pongo nomás la canción pese a que a él aún no le gusta)...
Escribe y pinta y sueña y teme y se atormenta y vuelve a escribir. Le apasiona la política y -como yo- es militante del Partido de los Trabajadores Socialistas. Habla sin parar de la Revolución, del Peronismo, de Sexo, de Literatura, de las Drogas, de la Homosexualidad y mucho más. Tiene rabia y ardor en el cuerpo y va dejando rastro en sus Poemas Insurgentes, sus Lunes al Sol y su Derecho a la Pereza, además de haber escrito este libro, infaltable en la biblioteca de toda casa militante.
Escribe y pinta y sueña y teme y se atormenta y vuelve a escribir. Le apasiona la política y -como yo- es militante del Partido de los Trabajadores Socialistas. Habla sin parar de la Revolución, del Peronismo, de Sexo, de Literatura, de las Drogas, de la Homosexualidad y mucho más. Tiene rabia y ardor en el cuerpo y va dejando rastro en sus Poemas Insurgentes, sus Lunes al Sol y su Derecho a la Pereza, además de haber escrito este libro, infaltable en la biblioteca de toda casa militante.
Ahora, hoy, pienso (y le digo nuevamente): Querido,
querertees subversivo
Su Hemingway en ¿Por quién doblan las campanas? |
Desprendido del (mi) piropo aprovecho para compartir un fragmento bri-llan-te del libro de Osvaldo Soriano... Por cierto! ahora con todo el tema de Malvinas viene al pelo para reírse, pensar y seguir de cerca las aventuras de un pseudo-cónsul argentino en un remoto país africano...
A sus plantas rendido un león
—¿Por qué salió de su país?
—Nos confundimos con Perón, leímos mal a Marx y pasamos por alto a Lenin.
—Eso es un error grave. A Marx yo lo hacía leer en las escuelas.
—¿Y usted cuándo lo estudió?
—Cuando vine de joven a París. Me lo contó una amiga ugandesa.
—Qué le contó.
—Marx, completo, íbamos al jardín de Luxemburgo a las tardecitas, nos sentábamos en un banco y ella empezada: La sagrada familia, capítulo primero. Y me lo contaba. El capital, libro primero, volumen tres: Génesis del arrendatario capitalista. Nos quedábamos hasta la noche, comíamos un bocado en un bistrot y me seguía contando. Yo la escuchaba alucinado, imagínese, nunca había oído nada parecido. Después yo mismo di
cursos y lo conté mucho.
—¿Está seguro de que se lo contaron bien?
—No sea cínico. El conocimiento se transmite por la palabra, al menos entre
nosotros. Cuando tomé el poder fui a dar una charla sobre La reproducción y la circulación
del capital a la Academia de Artes y Ciencias de Moscú y los expertos se reventaron las
manos de tanto aplaudir.
—¿Nunca tuvo curiosidad de leerlo?
—Claro que sí, pero siempre había alguna revolución por hacer, y eso lleva tiempo.
Marx dijo que había que dejarse de charlatanería y empezar la revolución. Eso está escrito
en su tumba.
.......
y de yapa, esta canción/es que tanto le gusta(n)
y de yapa, esta canción/es que tanto le gusta(n)
mitocondria.