30 abr 2012

Un objeto del frío




temporada.
(Del lat. tempus, -ōris, tiempo).

1. f. Espacio de varios días, meses o años que se consideran aparte formando un conjunto. 
2. f. Tiempo durante el cual se realiza habitualmente algo. 



Llega el otoño y me arrasa. 
De pronto hay que reordenar la ropa de frío y pasar temporalmente a retiro vestiditos, sandalias y polleras. En la tarea, contemplo con frustración (y resignación) las prendas que las polillas -sin importar cuánto químico uno les haya tirado encima- comieron sin pudor ni permiso. Imagino torpes maniobras de hilo, aguja, parches y apliques para ocultar los agujeros que dejaron las malditas... y mientras ordeno, descubro muchas prendas amadas que escondí en bolsas y cajas porque odio verlas cuando empieza el calor.

Una foto -algo más al sur que mi sur- de mi amigo y fotógrafo Emiliano Cafferata
Debido a que extraño crónicamente el frío del sur, cuando acá hace un poquitito de frescor saco toda la artillería: guantes, bufandas, medias gruesas, camisetas y cancanes; pongo colchitas de lana sobre el sillón, la silla del escritorio y frazadas sobre la cama, me muevo sólo en pantuflas y hasta me pongo un batón/salto-de-cama comprado en una feria en el que no me dejo ver por que que luzco absolutamente ridícula. Quisiera una gran alfombra que recorra las habitaciones, el baño y hasta la cocina para aislar el frío húmedo de este hogar!
Mal lugar para vivir es Tucumán si a uno le gusta el frío...porque aquí el calor atraviesa varias estaciones y se cuela incluso en la de invierno levantando la temperatura a 30 grados cualquier día de agosto con un sol que raja la tierra y hace florecer desacompasadamente a los lapachos... Por estos pagos el calor va casi casi de corrido desde Septiembre hasta Abril y agota.

Pero llegó al fin mi frío 


Mis hábitos cambian y mis antojos también. Entonces el despertador de las 6am me tortura, salir a correr requiere mayor voluntad y extraño un poco más a mi perra -una verdadera frazada de color chocolate y carácter inquieto-.
Duplico la dosis de café con leche, cambio el yogurt por leche tibia con miel, preparo infinitas teteras de té, casi quito las ensaladas en las comidas y si voy por la calle rompo todas las reglas y compro un poquito de praliné calientito. Muero especialmente por hacer y comer granola, sopas, guisos, tortas y arroz con leche con mucha canela. Ay! quiero dormir más siestas y hacer cucharita mañana tarde y noche! 
Y ya con el primer frío del año me dispongo a usar mis bolsas de agua caliente, pese a la infinidad de comentarios maliciosos y carcajadas que he recibido de gente que no entiende nadadenada. Que son de viejos, que son ridículas, que mejor tener un gato y cosas así. Pero no! No son un disparate y ya no tengo mascotas que las reemplacen: son un gran objeto, son el objeto del frío. Y sépanlo, les soy fiel pese a ciertas experiencias conflictivas que hemos tenido juntas... como cuando una se pinchó -insólito- mojando y quemando toda mi cama (y para colmo, junto a alguien contrario a las bolsas de agua caliente que encontró más argumentos para batallar). Yo las banco.


Como verán hay variedad aunque no siempre sea lo que encontramos a mano. Claro que está la opción de conseguir una tradicional y hacerle un vestidito (pero ojo, porque hay de todo... conozco un amigo que tiene un conocido que dice tener un amigo que se resiste "al mercado" y llena su cama de botellas de gaseosa rellenas de agua caliente... en fin).
Yo en cambio, tengo dos bolsas clásicas pero vestidas -así no queman- y se les quita ese aspecto tosco que tienen: mis bolsas son cubiertas, abrigadas. Una grande y común con una funda de plush turquesa y la otra chiquita con una funda tejida que simula ser un pulóver (como las de la foto, pero no tan linda).
En España, mi amiga Sara tenía una incluso más pequeña y con forma de pez y cuentan que en Inglaterra son un objeto muy muy común y que los niños suelen tener alguna con formas o fundas de superhéroes, animales o dibujitos animados. Yo tendría una que simule una serpiente para que se enrosque entre mis pies y alcance para recorrer todo el largo de mi cama y mi cuerpo: así de tanto me gustan.

Bueno, esas de más arriba son algunas bolsas que me vi por ahí y así buscando encontré estas otras locuras extra para mostrar que estas bellezas no sólo son inspiración para mi...

Si, carteras. Carteras con bolsas de agua caliente o su forma.
Simple florero. Precioso. 


Dato >> pájara. me comenta que hace unos años aparecieron los "Hot Gel Pads", basados en una reacción química* que libera calor abundante por unos 20 minutos, y que se "recarga" hirviéndolos unos 10 minutos. Suelen venderse en farmacias o en esas tiendas llenas de cosas importadas chinas.
pajara. que tuvo varios, dice que son maravillosos (aunque no son lo mismo - lo mismo que las bolsas de agua caliente, ojo). Tienen algunas ventajas: vienen de muchas formas y tamaños, pueden llevarse en el bolsillo mientras caminamos por la calle, no tienen casi riesgo de romperse (lo que hace que se usen mucho con las y los niños) y son reusables.
Yo quiero.



Ah, y una canción de frío para cerrar.





*sólo para el que le interese, me mataba la curiosidad por saber cuál reacción exotérmica se usa, pero más aún por qué era reusable el paquetito. Buscando buscando encontré lo siguiente:

Resulta que los calentadores de mano comerciales usan una solución supersaturada de acetato de sodio (o de nitrato de calcio). Los paquetes tienen la solución concentrada de esa sal junto a una tirita metálica catalizadora (generalmente acero inoxidable) en un contenedor sellado y flexible. Cuando la tirita de metal flexible se dobla varias veces, se liberan o depositan astillitas sobre su superficie rugosa y ayuda a precipitar cristales de sal del acetato de sodio (retirando la sal de la solución y haciéndola más diluida) elevando la temperatura hasta 50°C - 60°C durante unos 30 minutos. 

Finalmente, lo que me interesaba: son reusables (no para siempre, pero si varias veces) porque recalentando nuevamente los paquetes durante algunos minutos en agua hirviendo, la sal se vuelve a disolver en el agua y volvemos a tener la solución saturada del comienzo. Ja, como para no enamorarse de la química.



mitocondria.