25 sept 2012

Conspiradores






"La oposición artística constituye hoy una de las fuerzas que pueden contribuir de manera útil al desprestigio y a la ruina de los regímenes bajo los cuales se hunde, al mismo tiempo que el derecho de la clase explotada a aspirar a un mundo mejor, todo sentimiento de grandeza e incluso de dignidad humana"

Manifiesto por el arte revolucionario independiente, México, 1939




de Alejandro Nicolau
¡Finalmente fui a ver la obra de teatro -de sombras- que viernestrasviernestrasviernestrasviernes, venía postergando! Así, voraz y cansada, con mi amiga B. llegamos a tiempo para ver ¿Qué soñará Corbalán? del grupo Teatro al Manubrio.
Lectores asiduos de La Papelera podrán recordar lo que escribimos unos meses atrás sobre este mismo grupo teatral y su obra Amor de Músico (que sigue en cartel), así que aquí va nuestra segunda recomendación, a modo de insistencia, para que no se pierdan ni una ni otra.

Quizás te sorprenda I

Cierto prejuicio me ronda, para qué negarlo. Ese que engloba a los/las artistas (y también, más cercano a mi, a quienes hacen ciencia) en una gran masa de individuos despolitizados y descomprometidos con su entorno. Son pocos, es cierto, los que se movilizan ante causas justas o ponen su arte al servicio de luchas. Y son muchos, también es cierto, quienes creer formar parte de una selecta élite que los separa del resto de los mortales y de sus miserias.


Sé que mis prejuicios contra los artistas están basados en simplificaciones de la realidad, y pese a que respeto y disfruto el trabajo que muchos de ellos realizan (porque, como escuché por ahí, no vivo sólo de amor y política), siempre me queda el sinsabor de ese snobismo y la inmensa impotencia que me provoca que millones de seres humanos no puedan compartir el disfrute. 
Contra ese prejuicio, Mariano Quiroga Curia (profesor, director, actor y entre otras tantas cosas, amigo), hace una campaña sistemática por demostrar lo contrario y ha logrado convencerme de que puede hacerse arte comprometido, militante y con una perspectiva revolucionaria.

17 sept 2012

Julio

tiempo.

1. m. Duración de las cosas sujetas a mudanza.

2. m. Magnitud física que permite ordenar la secuencia de los sucesos, estableciendo un pasado, un presente y un futuro. Su unidad en el Sistema Internacional es el segundo.

3. m. Parte de esta secuencia.

4. m. Época durante la cual vive alguien o sucede algo.





Fue un lunes de noche. Primero fue un comentario y algunos mensajes de texto entre quienes estábamos pendientes del juicio en el que se juzgaba a Etchecolatz. 
Después fue un vendaval de martes, porque era cierto, porque había pasado. Porque había que decirlo, porque había que ponerlo como tema central en el Salón Blanco donde se leía la sentencia.
Vino el miércoles y se quebraron todos los tiempos. 
El miércoles quemamos gomas, en silencio. Pintamos paredes, puertas y ventanas en silencio, insisto, desconcertados por la posibilidad cierta de que Jorge Julio López, el hombre de boina, el albañil, Tito, hubiera desaparecido. En mi laburo de entonces votamos un paro y recuerdo que algún funcionario de la Universidad nos increpó diciendo que qué tenía que ver la Universidad con "esto". 

Nos sumergimos en un territorio tan demoníacamente conocido que es surco, brecha, ruptura para muchos y muchas de los que estuvimos ahí.  Lloré en la calle, los 18 de cada mes,  como lloré hace poco el asesinato cobarde de Mariano Ferreyra a manos de la patota de la burocracia sindical ferroviaria. Lloré por estar cantando, sin métaforas mediando, la consigna aparición con vida

2006
Pero Julio no apareció. Y tampoco se lo buscó, sino muy lo contrario, se hizo una enorme red de encubrimiento para proteger a la Policía Bonaerense, a otras fuerzas de seguridad, y a los círculos de ¿ex? represores. Le pese a quien le pese, pasaron muchas cosas y muchas no pasaron. 

15 sept 2012

La nata de los miserables [PPT]

nata.


1. f. Sustancia espesa, untuosa, blanca o un tanto amarillenta, que forma una capa sobre la leche que se deja en reposo.

2. f. Sustancia espesa de algunos licores, que sobrenada en ellos.

3. f. Cosa principal y más estimada en cualquier línea.






Me dijeron que viera el último programa de Periodismo Para Todos. El jueves por la noche en medio de las noticias sobre la movilización, lo miré.  Reingresé así al universo de representaciones de un amplio sector que se eriza con la consigna "ni Cuba ni Venezuela" y del que Lanata es una suerte de vocero*.

El domingo pasado

El informe sobre el voto a los 16 años que hizo Lanata el domingo pasado es de una transparencia tan abrumadora que me obliga a pensar que no hay tal cosa como una mentada operación de prensa (más allá de lo obvio, claro) sino que predomina es el más puro clasismo, un clasismo que es consistentemente inconsciente. Miremos lo que se ve.

Lanata empieza diciendo que el Estado “quiere a los pibes para que voten” y advierte bajo sus anteojos de intelectual progresista, que no todos los pibes de 16 años son como los que nosotros conocemos.  Es ese nosotros el que define la línea de base para todo el relato.
Las entrevistas fueron a un grupo de chic@s de distintos "barrios" sobre distintas "cosas". Doble consideración: la pertenencia a un barrio es una mascarada para señalar al interior de ese nosotros la clase social de los pibes y las cosas preguntadas son distintas con el mismo exacto sentido.  
Las preguntas son de una inconfesable miserabilidad, expresión de los prejuicios, juicios y estereotipos que tiene bien  construidos y que trabaja en solidificar día tras día.

Evelyn [de Laferrere] le pregunta si en su San Juan natal tenía su cuarto y por qué vino (resonando en los tormentos que trajo siempre a las clases urbanas argentinas la inmigración interna que llenó y llena de cabecitas Buenos Aires).
Sigue Florencia [de Lomas del Mirador] parte de una clase media sin privilegios que se siente al margen y que no expresa tensiones sustanciales. Lanata opta por un diálogo sobre el patín y sobre la escuela.
Después llega la entrevista con Rodrigo [de Moreno] un pibe humilde claramente  excluido que parece estar peleando un lugar centímetros acá de la miseria. La primera palabra que le dice Lanata es guachito. No habla de patín y la entrevista se convierte en una exposición: ¿estas yendo al colegio?  pregunta y ¿ sabes multiplicar? lo provoca. Está tatuado y eso también hay que exponerlo porque el tatuaje no es bueno, es "casero", es de pobre. Es de pibe chorro. Rodrigo le cuenta que se tatuó el nombre de una piba que quería y a la que no vio más "porque se la llevaron a un hogar". Silencio. Sigue la ronda: ¿Laburás de algo? Rodrigo dice sí, es cartonero. No paremos ahí, habrá pensado Lanata, llevemos esta feria hasta el final: ¿estuviste en cana? le dice, y repregunta ¿en Comisaría, en cana? Rodrigo es transparente, le cuenta todo sin defenderse, nadie le avisó para cocinar a quién se prendía el caldero. Lanata no puede haber llegado ahí si no es para llevarse su presa como trofeo ¿Que opinas de votar? le pregunta Jorge y ¿a quién votarías?. La mitad de la operación está cerrada. Es obvio, Rodrigo votaría a Cristina. ¿Será por pobre? ¿por cabecita -o como se dice  hoy por negro? ¿por peronista? ¿por pibe? ¿por cartonero?**. Para Lanata es claramente por una cosa: porque es un Otro.

10 sept 2012

Bromelias



indómito, ta.

(Del lat. indomĭtus).

1. adj. No domado
.
2. adj. Que no se puede o no se deja domar
.
3. adj. Difícil de sujetar o reprimir.



    Pensando en escribir esta entrada, recordé un libro de Gioconda Belli, La Mujer Habitada, que leí a las apuradas y años atrás, en la casa de Lena en Hamburgo. Cuenta el recorrido personal y político que hace Lavinia, la protagonista, en la lucha contra la dictadura de Somoza en Nicaragua. Y cuenta en paralelo la vida de Itzá, una guerrera india que resistía la invasión española en tierras nicaragüenses, 400 años atrás.
Itzá, es asesinada por los colonizadores y revive en un árbol, más precisamente, en un naranjo. Lavinia toma el jugo de una de sus naranjas y el espíritu de Itzá, intempestivo, decidido, valiente y temerario invade su sangre y la inspira y la transforma también en una guerrera.
El libro manifiesta, en parte, que somos una minúscula expresión de los inconmensurables hilos de historia humana. Hombres y mujeres, todos fugaces, todos importantes y que nuestras tareas son hoy. Algo de eso cuenta ese libro, pese a la propuesta de reencarnación, usada como recurso literario para unir las vidas de dos mujeres luchadoras.
    Hoy propongo dar comienzo a una nueva sección papelera, basada sobre la ecuación "Si fuese una/un x, sería y", y con el fin de defender uno de mis gustos que pájara. no logra comprender.
Soy un poco de todas las cosas que me gustan, me envuelve la belleza de lo que me rodea. Soy algunos microorganismos, soy ciertas plantas, ciertas flores, ciertos frutos, algún animal, pequeños o grandes objetos que acumulo o respeto. Cosas que por alguna razón, me deslumbran.

    Por esto, (y como buena atea, sin siquiera sugerir que pude haber sido o seré planta en otras vidas) les cuento:



      Si fuese planta, sería una bromelia